La viralidad de los vídeos de esta plataforma ha llevado a la rápida popularización de destinos que, en muchos casos, no están preparados para manejar la afluencia masiva de visitantes. Albania es un ejemplo reciente de este fenómeno: su turismo ha crecido exponencialmente, en parte debido a la difusión de vídeos en TikTok que muestran sus playas idílicas. Sin embargo, algunos influencers han criticado al país, quejándose de que la realidad no coincide con lo mostrado en las redes. Esta contradicción evidencia cómo las expectativas que crea la viralidad en TikTok pueden ser difíciles de cumplir.
Un estudio reciente destaca que TikTok, más que otras redes, tiende a generar picos repentinos de popularidad en ciertos destinos. Esto puede ser un problema cuando lugares pequeños o infraestructuras limitadas reciben una avalancha de visitantes sin estar preparados para ello. La saturación de servicios públicos, la falta de transporte adecuado y el aumento de residuos son algunas de las consecuencias que se observan cuando un destino se vuelve viral de manera inesperada. Los casos de Hainan, en China, y las playas de Cornualles, en el Reino Unido, son ejemplos de cómo la popularidad en TikTok ha desbordado estos sitios, provocando congestión y deterioro ambiental.
Además, el uso de influencers y la publicidad en TikTok pueden distorsionar la imagen de un destino. A menudo, no es claro si los vídeos que promueven ciertos lugares son orgánicos o forman parte de campañas pagadas, lo que puede influir en las percepciones de los turistas. Mientras que la viralidad impulsa el turismo y beneficia a la economía local, los destinos deben prepararse adecuadamente para manejar el impacto que puede tener el turismo masivo en sus comunidades y ecosistemas.